sábado, 9 de octubre de 2010
Tal vez ingenuidad
Me pregunto, cual es la razón por la que jugaba para ganar sabiendo sencillamente que esa posibilidad no existía….por la misma que vivo, sabiendo que voy a morir?
(N.B.)
Son tan breves
huidizos
los instantes de dicha,
que sería un absurdo
-diría que un pecado-
pedirle documento a la sonrisa,
averiguar su origen,
su edad, su ocupación,
el tiempo que supone habrá de estar
y el caudal con que cuenta,
para poder andar
paseando su presencia ante nosotros.
Me resisto a pensar
que todo debe ser
un circuito orquestado de sucesos,
adonde si tal cosa
entonces ésto.
Prefiero dar lugar
a la utópica magia del Probable.
Dejar que por la luz vuelen colores
enmohecidos ya de tanto encierro
y
vivir
simplemente
vivir.
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6 comentarios:
Totalmente de acuerdo Néstor. La sonrisa "sin papeles" es bienvenida siempre.
Y sí, los "Probables" suelen ser lo mejor de la vida.
Un beso y a ver si te prodigas más en el blog.
Amparito
Gracias guapa por dejarme la tibieza que siempre implica tu paso...en cuanto a prodigarse...que va secándose la napa...;)
Un beso
Las rosas?
¿Y cómo pedir cuentas a la sonrisa?
Esta vez, de acuerdo con nuestra Bleti.
Un abrazo Néstor
y sí
cómo pedir cuentas a la sonrisa?..
es un texto magnífico, magnífico
no sabes la de veces que lo leido..
:)
beso
Pedir cuentas, Vidal? nah...
intentar atesorarlas...
Abrazote, Pastora
Nur, si lo has leído varias veces, dichoso está el texto y yo, claro, por extenderse tu compañía.
Un beso.
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