sábado, 8 de octubre de 2011

Apuntes húmedos

Amaneció lloviendo.
Irregulares,
las veredas son un coro de charcos.
La gente, esclava de premuras,
los intentan salvar
con suerte esquiva.

El viento, parece entretenerse
en malograr propósitos de abrigo.

Hoy no se ven calandrias,
ni zorzales,
ni un modesto gorrión
hurgando el suelo.
Es octubre y seguro
deben estar cubriendo
el latir de sus nidos.

Amarillento
por la edad y el olvido,
un farol languidece
su monótona espera.

Camino mi rutina.
No descubro, en las caras que encuentro
un atisbo, siquiera, de sonrisa.
Tal vez, igual que las estrellas
algún manto de nubes las oculte.