domingo, 7 de diciembre de 2008

Los pasos perdidos



Quiero amarrarme a tu boca
como la hiedra a este muro,
que alguna noche nos vio
bordando estrellas y rumbos.

Cuando la dicha era un sol
que amanecía en tus ojos,
cada vez que los posabas
sobre el temblor de mi otoño.

Cuando tu voz y la mía
volaban el mismo cielo
y perfumaba la historia
el eco de cada encuentro.

Cuando el amor parecía
a resguardo de lo esquivo
y los sueños se agolpaban
engalanando el camino.

El cielo parece el mismo,
la hiedra no se ha vencido,
mas nuestros pasos no encuentran
el sendero que han perdido.