martes, 19 de octubre de 2010

Sigo


Con la perseverancia del oleaje,
se caen los minutos
como sílabas ocres
de una rama invisible.

El viento se ha empeñado
en darle vuelo libre a las campanas
que suenan nombres idos,
secretos bien guardados,
baldíos y esperanzas.

Un espejo no entiende de misterios.
Indiferente a lágrimas y risas
sólo mira el follaje de los cuerpos.

Tiemblo a veces.

Un enigma se duerme en mis pupilas.
Salteo algunas páginas,
pongo mi corazón en cierto cuenco
de un silencio sereno y complaciente.
Sigo.

No hay comentarios: