viernes, 13 de enero de 2012

Olvidos

Me duele la ironía
que acompaña al presente.

Durante muchos años
he creido en las voces
de cierto coro estable.
Pero hay palabras ciegas
de oscuridad buscada,
empañadas con cantos
de modernas sirenas,
que tejen ilusiones
para que uno las crea.

Como si despertara
de mil horas de sueño,
abrí un dia mis venas,
dejé correr la vista
por cada senda abierta,
ofrendé mi sorpresa
y mastiqué las lágrimas
de las cruces sin nombre.

El jardín no fue el mismo,
ni el Sol, ni las palabras,
ni el dia de mañana
en el que apenas creo,
si no puedo siquiera
disfrazar este ahora.

Aborrezco el olvido
de los sueños serenos.
Quisiera convertirlo
en menos que un murmullo,
en un manto de arena
que se mezcle en la tierra
con raices resecas
y aguardar que una lluvia
de brazos sin cadenas,
nos devuelva el paisaje
de esperanzada siembra.

2 comentarios:

Qymera dijo...

Las voces siniestras que acompañan a la desolación... y te arrastran sin clemencia como a un paralelo y bizarro mundo.

Conozco la terrible sensación y la ausencia de uno mismo.

Te acompaño, con un delgado hilo de virtualidad, que no te haga sentir tan solo.

Me conmovió mucho este poema. Un beso!

Néstor Morris dijo...

seguro que me acompañas, desde cada lectura, cada palabra.
Un abrazo, querida amiga.