jueves, 25 de octubre de 2007

Antifaces


Es fácil esconderse detrás de los silencios.
Llevar hasta el subsuelo aquello que molesta
y aunque se herrumbe el alma,
cerrar los postigones para atajar la luz
que pueda iluminar nuestra mirada.

Pero
para que un sueño nutra las vigilias
debe considerar algún atisbo
de cordura real, un fundamento,
que otorgue visto bueno a lo posible.

No tiene suficiente contenido
arroparse las ganas con engaños.
Hay vientos inusuales que desnudan
la amnistía mendaz, súbitamente
y podemos dejar a la intemperie
nuestra parte más débil que es proclive
a ponerse a llorar de desconcierto,
el grito que nos deja sin sustento.

Esperanza



Cuando los misiles hayan transformado la montaña en llanura
y los despojos de tantos inocentes se mezclen con las ruinas
y el aire se torne irrespirable por el hedor a sangre,
cuando cieguen tus ojos con tantos resplandores
y los estruendos logren dejar a todos sordos,
cuando parezca que ya no queda nada
que todo ha terminado,
crecerán nuevas plantas, alumbrará otro vientre,
existirá algún beso naciendo entre dos bocas
y un fresco manantial brotará entre las rocas.

Cuando creas que el mundo ya lo ha perdido todo
inténtalo de nuevo que nunca estarás solo.

sábado, 6 de octubre de 2007

Cielo


Necesitaba imperiosamente un aire nuevo,
me estaba sofocando gastando los suspiros
que protestaban con la elocuencia de la sangre.

Era indispensable refundar mi comarca,
despedazar hoja por hoja del prontuario,
detectar alguna singular fuente de luz
inédita hasta hoy para mis ojos,
que habían perdido el brillo
empañados de pena.

Buscaba un remanso de paz (aunque precaria),
un camino posible para mi desahogo,
la anestesia capaz de mitigar el dolor de estar vivo.

Y apareciste aquí.

Estallaste de repente y la metralla
me sembró sin dejar resquicio indemne
a la magia de tu sola presencia,
renació mi identidad en la amalgama
de nuestros cuerpos, ayunantes antiguos.
Volví a encontrar un cielo
que creía perdido
definitivamente.

viernes, 5 de octubre de 2007

Frutillas Amarillas



Ella pinta frutillas amarillas
y cree en las sonrisas que le ofrecen
sin sospechar que el mundo no es tan simple.

Conmueve mantenerle la mirada
que puebla con preguntas y ternura;
es asomarse a un cielo sin barandas
y ver que hay maravillas todavía.

Ella vuela mil sueños junto a un angel
aferrada al cordel de las hamacas;
mariposa de todos los canteros,
alquimista triunfal de las sonrisas.

Ella encontró la llave imaginaria
para encender mis luces más ocultas
y me lleva a pasear por los momentos
de un tiempo que pasó sin darme cuenta.

martes, 2 de octubre de 2007

Pelear por algo


Todos tenemos en la vida
al menos, una fantasía cercana a la esperanza.
Estrella lejana que miramos sonrientes,
trocito de dicha que pedimos prestada
en el balcón de nuestras ansias.

Y confiamos en ella
como creemos en la sangre que nos nutre
por más que nos asuste el verla.

Tratamos de acercarla a tierra firme
aunque generalmente,
el consejo de ancianos residente
opine en disidencia.

De mi parte,
continuaré amparado en mis reclamos
pedaleando ilusiones
en esta bicicleta de los días.

Si llego hasta la meta de mis sueños,
podré pasar la posta.
Siempre hay escépticos mutando.

Si el final se me escapa del libreto,
si todo se derrumba...

Hurgaré en los escombros
buscando todo aquello que me sirva
para empezar de nuevo
este pelear por algo.

Perro Viejo



Tengo la piel con remiendos / avejentada y sin brillo
como esos cimarrones
que desvisten sus andanzas / en negras cicatrices

al igual que ellos / no aprendo
podré ser un poco más cauto
alguna nueva maña
pero llegado el momento
voy a pelear de nuevo

aunque está confundiendo / a una estrella
con la luz que ilumine mi vida.

Discúlpame


Discúlpame vida por los tantos errores cometidos
en el curso de este diario andar contigo.
Discúlpame digo, por las veces en que no fui valiente
para enfrentar lo absurdo o lo indecente,
por los silencios que me hicieron cómplice
de lo que mi alma a gritos rechazaba,
por las mentiras que excedieron el marco
de la piedad en la cual me excusaba.

Discúlpame vida por no encontrar la solución a tiempo
que algún hecho o circunstancia me exigía,
por no tener piedad en ocasiones y en otras
envolverme en venganza y rencores;
por haber perdido algún instante de belleza y ternura,
por aferrarme a otros desconociendo al tiempo,
por tanto protestar, tanto lamento,
por no aprender en su momento el escarmiento.

Discúlpame vida por perseguir las nubes
y querer alcanzarlas,
por soñar con estrellas e intentar atraparlas.
Discúlpame vida por algún viejo amigo que he olvidado,
que sin haber por qué, se quedó en el pasado.
por cerrar mis oídos seleccionando el eco
de las voces a un tono que concuerden conmigo;
por olvidar pensar para que había nacido,
por rehuir pensar cómo había vivido.

Y sin embargo vida, adeudándote tanto
no me siento tan malo.
Tu me robaste un hijo y es tan grande el espanto
que aún después de la sangre
me sigue ahogando el llanto.
Me cercenaste ansias, diluíste ilusiones;
has dejado que sueñe con los sueños mayores
y llegado el momento, te robaste las flores.

Y aún así yo confío.
Tu me debes y yo... yo te debo lo mio.
Pues, sigamos andando.
Somos inseparables compañeros de ruta
para este camino.

Hasta el próximo sueño,
hasta el próximo olvido.

lunes, 1 de octubre de 2007

Silencio


Esta mañana gris me envuelve
y entre la niebla
húmeda, compacta,
un dibujado rayo de sol enciende,
de algún jardín, la rosa solitaria.


Todo es silencio,
casi nadie camina-
El barullero perro de la esquina,
que siempre ladra
mordiendo mi silbido,
guarda el calor
quedándose dormido.