martes, 21 de septiembre de 2010

Obstinación


Cuando asfixia el silencio
por tanta soledad acostumbrada
y duermen los candiles
mutilando las huellas
del paso que no dimos

Cuando el cielo se quiebra
detrás de una mirada
pletórica de ansias
y se bañan con lágrimas
las letras de tu nombre

Desde mi obstinación
te invento nuevamente
en la orilla de un mar
impregnados de sales
dejando que nos manchen
las estrellas que otean
los amores primeros

Así sin más tormentas
que la de nuestros besos
me quedo en un suspiro
que recoge mi espera
hasta el próximo encuentro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces cuan oportuna es la obstinación!.Bendita sea!
Qué maravilloso es reinventarse los deseos, los amores, la amistad, las diferencias, las ausencias, las presencias...
Puede que sea la condición necesaria para tener más momentos felices; justamente eso... un solo un continuo renovarse desde la soledad, desde la compañía, desde el amor, desde el desamor, desde la tristeza y la alegría, desde la pasión... en fin, una vez más entremezclando la poesía y la filosofía mi querido amigo.
De todo esto me gusto mucho esta parte llena de sueños...
"en la orilla de un mar
impregnados de sales
dejando que nos manchen
las estrellas que otean
los amores primeros".

Nur dijo...

es precioso Nes
precioso
:)

Néstor Morris dijo...

gracias