Cuando el hartazgo quiere
-con su monotonía sin fronteras-
inundar nuestras horas,
resulta conveniente
sellarle las ventanas con firmeza
y esperar
sin mirarlo siquiera,
como si nada hubiese acontecido,
que marche hacia el lugar
en donde comenzó su absurda historia.
2 comentarios:
y sí. si asumimos lo cíclico de la historia es infinitamente más fácil.
voy a intentar poner esa cara xddd es divertida jajajaja
beso!
De imaginarte con ese gesto, ya sonrío...
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