martes, 3 de agosto de 2010

Apenas


Sé que tu paso es breve.
Casi como el rocío
de esta primavera que nos moja.

Que la casualidad
aproximó tu órbita,
a las alas cansadas
del sueño que prefiero
en mi universo.

Que cierta complacencia
de nuestras zonas vírgenes de miedos,
permitió que emergieran
reflejos de algún tiempo,
que estaba sepultado
por hojas que lloraron,
pacientes, dos otoños.


Ahora que has dejado
de estar en la memoria
para habitar mis ojos.
Que ya pude burlar los laberintos
y acercarme al presente que te envuelve.

Quisiera sin apuros
desmantelar la soledad absurda
que llevo en los bolsillos de mis horas,
despojarte las sombras del eclipse
que entorpece tus ganas de habitarme
y comprobar así, que en lo posible,
cabe la mayoría de los sueños.

2 comentarios:

Nur dijo...

y no
sólo una idiota se conformaría con los efímeros placeres de la inmediatez.
Tu poesía es el mar donde riela ahora mi alma.
No dejes de hacer olas ni un sólo día..

Néstor Morris dijo...

Quién pudiera ser mar...sembrar espumas...

disfruto tu estela