jueves, 8 de marzo de 2007

En Tanto


No es posible alterar su recorrido,
designio que se engendra en un misterio
de incógnitas infértiles y lágrimas perplejas.
No hay cerrojos
ni fosas
ni promesas
ni afán
arena -nada más- que se
des
li
za.

Yo, con la inconsistencia de la espuma
me aferro a la marea de estar vivo.

2 comentarios:

LVI dijo...

Me aferro a la misma marea y te acompaño, desde lejos...

Saludos

Néstor Morris dijo...

Gracias por dicha compañía.

Un fuerte abrazo.