martes, 13 de marzo de 2007

Desparejos


Era uno más de tantos que te miran
pidiendo algo, no importa lo que sea,
porque en la historia de hoy todo se emplea
y solo tiene el aire que respira.
Los dueños del poder siempre deliran
ya que el dolor su puerta no golpea,
no observan la miseria porque es fea
y no es bueno sufrir lo que no esperan.
Cuatro monedas dejé y una sonrisa
que quiso disculparme por su historia,
me dió las gracias y se marchó sin prisa
mientras, con fotos, golpeaba mi memoria,
la cama tibia, el beso de mis viejos,
comer todos los días. Desparejos.

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