viernes, 7 de marzo de 2008
Doña Luisa
No lo esperaba.
En verdad, no esperaba
encontrarme esta tarde
viajando -en un suspiro-
tantos años atrás.
A épocas cuando el cielo
lucía tan celeste
como tus ojos, Luisa.
Cuando el tiempo dormía
entre los anaqueles
donde habitaban todos
mis tesoros de niño.
Cuando las llaves eran
una muestra de arte
ajena a los temores.
Cuando un roble atrapaba
mis ojos, sin más redes
que sus frutos, sus hojas.
Cuando me despertaba
el andar de palomas
sobre el techo de chapas,
picoteando semillas.
Cuando el café con leche
humeaba en las mañanas
y el molino era agua
y la tierra era cuna,
el perfume, glicinas
y mis sueños...
y mis sueños futuro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Muy linda la poesía. Me gustó.
Saludos.
Dríada
Hace poco celebrábamos una reunión poética entre amigos de un Foro (PoesíaPura)y a posteriori de un taller, que habitualmente hacemos buscando "sendas"...apareció esta postal de mi adolescencia, en el campo...mi abuela...en fin...
Gracias por acercarte y dejar tu palabra.
Un abrazo.
Este poema me conmovió mucho. Transmite esa nostalgia que nos acerca a la sonrisa, al recuerdo dulce que los años no pudieron minar.
Muy bello, de verdad.
Cariños!
Raquel
Te confieso que leer este poema a solas, me conmueve profundamente...viajo hacia tiempos perdidos en los que fui (tal vez sin saberlo) inmensamente feliz.
Gracias por estar aquí.
Un abrazo.
Publicar un comentario