Las alegrías suelen
contarse como gotas,
minúsculos espacios
en donde toman vuelo
las sonrisas cautivas
del tiempo en que vivimos.
A veces son tan cortas,
que la boca no sabe
disimular la mueca
que dibuja el fracaso
de la meta perdida.
miércoles, 20 de octubre de 2010
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2 comentarios:
¡ Qué verdad tan grande !!
Gracias Concha por compartir esta idea.
Un abrazo
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