la diadema de espumas
con los ojos posados
en un punto sin nombre
mientras murmura el mar
las voces que conoces
y el alma se te inflama
de sales y nostalgias.
Te imagino tejiendo
un tapiz con tus sueños
para cubrir las horas
que supieron dañarte
y al mismo tiempo andar
librando una sonrisa
para que las gaviotas
la lleven donde saben.