
ajeno a la verdad de los comunes,
un misterio capaz de incorporarte
al flanco más sensible que me queda,
un misterio que corre entre cristales,
que se trepa a un relámpago,
que sonríe en silencio
y finalmente
cuando la tregua rige
se acomoda en un pliegue de mi almohada.
es usted de los pocos hombres hermosos que conozco
ResponderEliminarmuy poquitos
Este poema me gusta más allá de lo normal y predecible...
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