
Él nunca supo de mis manos.
No conoció la canción que por él escribieron;
la misma que jugaron tantas veces,
haciendo rondas,
entre las cuerdas de mi guitarra;
en preludio a sonrisas
que perdieron su rumbo.
No supo si eran tibias y otorgaban sustento,
ni verlas remontando barriletes,
ni tantas otras cosas.
Apenas,
alguna vez, que se desperezaba,
pudo haberlas sentido
detrás del primer pétalo,
cuando todo era espera.
No había leído este poema, me ha parecido tan bello y tan triste a la vez...Cariños, querido Néstor.
ResponderEliminarArianna
ResponderEliminarEs triste, sin dudas.
Instantes que siguen produciendo dolor y preguntas sin eco.
Un abrazo.
Sin dudas,
ResponderEliminarsi es triste,
asi me llego
a mi tambien!
Ariadna
ResponderEliminarcomo alguien dijo...no es triste la realidad lo que no tiene es remedio y ésto no lo tuvo ni lo tendrá en mi sentir.
Gracias por tu paso.
expresar el dolor
ResponderEliminarno es fácil
pero cuando se logra desde todos
los puntos humanos que lo hacés
es como estar más cerca
de esas manos
mostrándole lo que uno hace y no deja de sentir
cariños
Gracias querida Mabel por estar cerca de estos versos que nunca habría querido escribir, ni por mi ni por nadie.
ResponderEliminarUn abrazo, poeta.